VIII.- Elucubraciones heréticas sobre la creatividad humana

Posiblemente, nuestra humanidad comienza divinizando los ojos que nos miran y, al hallarlos en nuestro interior, nos divinizamos. Incluso antes de tomar consciencia de sí la humanidad ya había creado a dios. A su imagen lo creó y mirándose en su espejo, como Narciso en el estanque, se consoló reconociéndose a sí mismo objeto de su mirada, dilecto de dios, preferido de entre todo lo creado.

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VII.- La aldea de las paradojas.

Como sistema integrado de formas simbólicas la cultura viene condicionada históricamente. Las perturbaciones del medio que inevitablemente se suceden, ya sea el natural o el social, alteran los estados de la conciencia, ponen en tela de juicio la pertinencia adaptativa de las concretas formas simbólicas heredadas y, en general, del sistema social en que se coordinan. Exigen cambios, promueven nuevas formas culturales de adaptación, producen nuevas formas simbólicas, nuevas representaciones sociales de la vida interior común.

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VI.- Hormigueros con formas simbólicas

Cuando un individuo accede a una cultura le son otorgados los modos en que, durante generaciones, un determinado grupo humano ha logrado vincularse pacíficamente entre sí y hacerlo productivamente con el medio, ahuyentando así la angustia experimentada frente a su hostilidad. El ser humano sostiene mediante la cultura el peso de su esencial aislamiento.

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V.- Implantes y Agresiones

En entradas anteriores del presente blog, he afirmado que el ser humano se funda a medida que aprende a serlo según el sistema de humanización que lo acoge desde su nacimiento. Si esto es así, cabe plantearse si nuestra filogénesis resulta ser un viaje que, partiendo de un determinismo genético, nos lleva a otro de orden educativo. ¿Queda el ser humano supeditado al sistema cultural aprehendido? La cultura es, en principio, una estructura humanizadora comunal, que se enseña y se aprehende. Todos los sistemas culturales deberían permanecer inmutables, pero, de hecho, se mueven.

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IV.- El espejo y la pintura

La diferencia entre los actos animales, reflejos, y los humanos es similar a la existente entre la imagen especular y una pintura. La primera es el producto inevitable de las leyes físicas, la segunda es, además, una elección donde se concreta lo que es significativo en una conjunción amplia de deseos.

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III.- Propiedades éticas de la fruta.

Cabe preguntarse ¿qué saben sobre el bien y el mal los habitantes del paraíso? Nuestros míticos primeros padres, como el animal, parecían conocer qué fruto debían comer para satisfacer sus necesidades. Para cada necesidad un fruto, un sabor, una llamada irresistible a la acción y otra para hallar la placentera sensación de saciedad.

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II.- Tabúes y transgresiones

Entendida como herencia materna de humanización, la cultura es el complejo conjunto de características distintivas que, en un espacio y en un tiempo determinados, otorgan a un individuo, a un grupo social, a una sociedad o a un pueblo las formas de expresión concreta de su humanidad.

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I.- Las telas de araña.

A la hora de explicar la extraordinaria popularidad que adquieren los productos de divulgación sobre los misterios de la vida animal, no puedo dejar de advertir una subyacente inquietud general por esclarecer algunas de las bases primordiales del comportamiento humano. Comparar nuestra forma de actuación con la de los animales, pensar sus relaciones de afinidad en los orígenes, parece haberse convertido en un modo de filosofar al alcance de todo aquel que se asome a los documentales del National Geographic.

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