Como todas las novelas de su extensión, Una morada en el viento presenta diferentes niveles de lectura. En primer lugar, resulta un cautivador relato de aventuras ambientado en los albores del Renacimiento. Sus personajes, descritos con sorprendente agudeza psicológica, se mueven entre mundos dispares. Desde lejanas escuelas turcas de lucha olearia, hasta misteriosos talleres de alquimia. Desde el sórdido mundo de la prisión y el lupanar medieval, hasta la solemne pompa de la corte del papa. Siguiendo las peripecias de un heterogéneo clan de ladrones profesionales, los Sarto, el lector será llevado a través de los bajos fondos de Roma o Venecia. Conocerá las intrigas de las cancillerías europeas de la época y disfrutará de un buen número de audaces aventuras, robos y engañosas tramas, dignas del género negro.
Una morada en el viento es también un viaje al mediterráneo medieval. Desde Esmirna al Peloponeso, a bordo de naos y galeras de guerra la narración navega por las aguas del Egeo, el Adriático o el Mar de Liguria, frente a las costas corsas. Guiará al lector por las antiguas calles de Nápoles, Roma, Florencia, Milán o Venecia, hasta la lejana Hungría, en la íntima corte de la reina Isabel de Luxemburgo.
Dada su experiencia académica, el autor es capaz de presentar una sólida documentación que le permite tejer los hilos de la ficción entre los hechos de la historia. Enredando personajes históricos y ficticios, logra hacer verosímiles las increíbles aventuras narradas en el seno de esta magnífica novela, escrita con una prosa ágil, muy eficaz en las descripciones y no exenta de brillos poéticos.
Al pertenecer a la saga Las sanadoras de Saba, puede ser leída como continuación a la ya publicada en SIAL, La casa de las mujeres de Saba. Sin embargo, para quienes no hubiesen leído esta, la presente también puede ser entendida como la primera de las entregas, para continuar tras su lectura con la de la anteriormente publicada.
Grupo Editorial Sial Pigmalión.
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